El Botox para bruxismo es una solución efectiva para reducir la tensión en los músculos de la mandíbula que causan el rechinamiento de los dientes, especialmente durante la noche. Al inyectar pequeñas cantidades de Botox en los músculos responsables de esta tensión, se alivia el dolor y se evita el desgaste dental sin afectar la capacidad de hablar o masticar. Este tratamiento no solo mejora la calidad de vida al reducir los síntomas del bruxismo, sino que también protege los dientes y las articulaciones de la mandíbula a largo plazo. Los resultados duran entre 4 y 6 meses, ofreciendo una mejora significativa en el bienestar del paciente.